La Opinión de Rockabiri. Capítulo Séptimo: Racismo en el Fútbol.

Que duda cabe que los campos de fútbol son un reflejo absoluto de la sociedad en la que vivimos. De partida vemos como un estadio está dividido en sectores en función del estatus social de cada individuo: la clase con poder adquisitivo en preferencia bajo sombra, una zona intermedia, y los obreros y estudiantes detrás de las porterías. Como la vida misma. Así mismo, es un escaparate perfecto para realizar manifestaciones y reivindaciones políticas-sociales extrafutbolísticas. Aunque a muchos no les guste, un estadio es uno de los canales más factibles para dichas expresiones por su extensa repercusión.
 
Es por ello por lo que los continuos brotes racistas en los estadios de Europa, hablemos en concreto ahora del Estado Español, son igualmente producto de la sociedad en la que vivimos. Vomitivo, vergonzoso e irracional resulta el álgido momento que viven las manifestaciones racistas en nuestros campos de fútbol. Ya lleva años de "moda" los gritos simulando a un mono por parte de una inmensa minoría de "aficionados" cada vez que la coge un futbolista de piel negra. Y, lamentablemente, no son sólo los grupos de extrema derecha los que lo hacen sino también bromistas de cualquier perfil. Los fachas ilustrados argumentan que un futbolista negro tiene que estar por encima de esas cosas de la misma forma que a un árbitro no le afectan las barbaridades que se le puedan decir. Bla, bla, bla... que si a Salva Ballesta le silban en el norte, que si a Guti le llaman maricón, que si a Dani le decían "muérete", bla, bla, bla. Fachas. Cuando a un árbitro se le llama "cabrón" (no vamos a justificar ahora estos comportamientos) el insulto no trasciende de su persona. Igual pasa con el afeminado Guti o con el ultra derechista Salva. Sin embargo, el insulto a un jugador negro trasciende a todos los negros que en ese momento se hagan eco de la agresión: demás jugadores que haya en ese momento, aficionados negros que pueda haber en el estadio, millones de espectadores que estén en sus casas viendo el partido por televisión, y en general, a toda la comunidad negra que pueda haber recogido la noticia.

 Etoo en un Zaragoza- Bar$a se desesperó tanto ante los insultos de un sector de los zaragocistas por su color de piel que llegó a lanzar el balón a la grada de rabia. Los periodistas deportivos del Estado Español llegaron a criticar al camerunés por falta de profesionalidad. Increíble. Kameni, portero del Espanyol, está hasta los cojones también. Y en definitiva no creo que haya jugador de origen africano que no haya sufrido estos ataques en algún estadio del Estado Español. Parece que hay un cierto compromiso por parte de la FIFA de castigar duramente a estas aficiones y, por extensión, a sus clubes (económicamente) a partir de estos comportamientos racistas. Pero cualquier medida que no sea dar un 0-3 para el equipo que sufra estos gritos bochornosos no me dejará conforme. Pero así. A criterio del árbitro. En cuanto note la ofensa cualquiera de los cuatro árbitros se debería parar el partido, todo el mundo a casa y 0-3 para el club que disponga en sus filas al jugador agredido. De mientras, tampoco estaría mal una retirada del terreno de juego voluntaria del jugador increpado que podría ir seguida de otros jugadores que así quisieran solidarizarse.
 

Una vez más podemos sentirnos orgullosos de ser sevillistas. El Ramón Sánchez Pizjuán pude vanagloriarse de ser de los pocos estadios de la península en los cuales no se da ni un solo indicio racista gracias, entre otros motivos, a la firme línea editorial antirracista seguida desde Biris Norte que cala, esta vez sí, en toda la grada sevillista. Entre los estadios más racistas del Estado Español se encuentran: el Santiago Bernabéu, Montjuic, La Romareda, La Rosaleda y el Benito Villamarín. Valiente lacra. Todos estos equipos cuentan en sus filas, además, con un mínimo de 3 jugadores de piel negra. Increíble.
 
Y que más decir. Sobre todo decirle a esta calaña de seres humanos fascistas y racistas que todos, absolutamente todos, venimos del mono. Adolf Hitler, Benedicto XVI, Jean- Marie Le Pen, Silvio Berlusconi provienen también del mono. Y tienen que tragar. Recordad también que la feliz mezcla étnica (argelinos, negros y centroeuropeos) hizo campeona del mundo a Francia en 1998; hizo un equipo de ensueño al Milan de los años noventa (italos-afroholandeses); hizo campeón de Europa al Bar$a de Cruyff; y sin ir más lejos, llevó a nuestro Sevilla F.C.  a ser bicampeón de UEFA hace dos días (nuestra famosa Torre de Babel). Que duda cabe, que hoy día ser racista es no haberse enterado de nada. 
 
SALUD, SEVILLISMO Y ANTIRRACISMO!!