La Opinión de Rockabiri. Capítulo Tercero: Manolo Jiménez.

El motivo de mi tardanza en desarrollar una nueva reflexión se ha debido al hecho de esperar al miércoles para expresaros mi opinión sobre Manolo Jiménez dándole a la misma una atsmósfera u otra. Pero no voy a esperar. Seguramente, la mayoría de las personas que lean este texto lo harán sabiendo si el Sevilla F.C. jugará la final de copa del Estado Español o no. Yo en el momento de escribiros no lo sabía. 

El fútbol. Hay quien piensa que el fútbol es un espéctaculo de entretenimiento. Para otros puede llegar a ser un sentimiento pero teniendo claro que no deja de ser un deporte. Para los que ocupan los palcos de los estadios el balompié es, principalmente, un negocio. Para otros, en los cuáles me incluyo, el fútbol es uno de los principales motivos de su existencia en el que habría que diferenciar dos situaciones que confluyen: a) el orgullo de sentirse de un equipo pese a los diversos resultados que se puedan dar, b) la felicidad o la frustración que provoca que tu equipo gane o pierda llevándolo, inclusive, al plano personal. No se trabaja igual sabiendo que tu equipo es bicampeón de la UEFA que no siéndolo. También se está mucho mejor tomando copas con los amigos teniendo en el subconsciente que tu equipo va tercero en la liga a diferencia de que fuera octavo o décimoquinto. Con Manolo Jiménez la marcha del Sevilla F.C. siempre ha sido intachable saciándome en todo momento el apartado b) con sus números y el a) con su estilo.  
El fútbol no es un entretenimiento. Sólo te puede hacer pasar las horas atrás si ves a otro equipo que no sea el Sevilla F.C. Un verdadero sevillistas que vaya al Sánchez Pizjuán a divertirse no es un verdadero sevillista. El auténtico sevillista de raza va a Nervión a ver a su equipo ganar. Ese el único objetivo. Para divertirse puede uno ir al cine, al circo (el de la palmera, por ejemplo) o al botellón. El fútbol es ganar. Y Jiménez casi siempre gana. Y por eso me encanta. Veo la clasificación y veo a dieciséis equipos arrastrados a los pies del Sevilla F.C. Y es ahí donde veo espectáculo y disfruto. Seguimos consolidándonos el tercer mejor equipo del Estado. Y hoy por hoy mucha culpa de ésto la tiene Manolo Jíménez. Hay quien le llama cobarde por sus planteamientos tácticos. Que mayor gallardía la de El Arahal que seguir confiando en su sistema sin dar su brazo a torcer contra todo un aparato mediático y contra gran parte de la misma afición sevillista. A éstos sevillistas les digo que no son justos. Pero se les respeta. El elegante Jiménez, cuál mártir, también lo hace. Del gángoso que ahora entrena al Madriz no me acuerdo pero de Jiménez sí me acordaré siempre. 
 
Ya desde jugador Manolo Jiménez tenía un corte especial y una integración al club de sus amores fundamentalista. En países como Inglaterra o Italia el reconocimiento a Jiménez sería otro. Se vería como lo que realmente es: un hombre que vive para el Sevilla y además rinde a un gran nível, tanto como jugador como entrenador. En países de Oriente Medio, mucho más existencialistas que nosotros, portarían carteles con su foto por los balcones. Uno de los peores defectos es no ser agradecidos con las personas que te ayudan o te dan. Ya he oído a algunos sevillistas críticos con Jiménez modificar su discurso y empezar a valorar al de El Arahal, será porque empiezan a ver buen puerto. Oportunistas. Los respeto de cualquier forma sólo por su condición de sevillistas. 
 Bilardo era anti fútbol y a todos enamoraba ( a mí el primero). Seguramente porque era exótico. Caparrós también era conservador pero nos quedábamos con lo positivo del espectáculo defensivo de Javi Navarro y Pablo Álfaro. Sin embargo a Jiménez no se le perdona su resultadismo. Como si en el fútbol importara otra cosa. Este guerrillero del resultado está consiguiendo consolidar por segundo año consecutivo un proyecto que siempre estará basado en el talento por encima del presupuesto. Este particular Ché Guevara de los tres puntos es culpable no sólo de haber afianzado al Sevilla en lo más alto sino también de haber formado directamente a futbolistas que hemos sabido uitlizar sacándoles el máximo beneficio. Además fue uno de los jugadores más importantes y fieles del Sevilla F.C. en toda su historia. Por todo ello Manolo Jiménez merece el reconocimiento de todo el mundo futbolístico. Y lo tendrá. Pero con el paso de los años, como suele pasar.
 
Contaba Davor Suker que cuando jugaba en el Sevilla con nuestro protagonista de hoy le preguntaba a éste: "Manolo, ¿por qué te corres toda la banda para intentar coger balones que sabes que jamás podrás llegar?", a lo que Jiménez respondía: "porque así la gente me aplaude". Un tipo con carácter. No sólo hay que ser honrado. También parecerlo. 
 
Para terminar os diré que sea quien sea el que finalmente alze la copa del Estado Español, y me refiero a Mallorca, Barcelona, Sevilla o Athletic (no a nuestro alegre monarca), propondría  a Manolo Jiménez como entrenador vitalicio del Sevilla F.C. porque mientras viva será el que reúna mejores condiciones para entrenar en Nervión. Y no lo digo con la boca pequeña. Gracias Jiménez porque desprendes por los cuatro costados sevillismo, bilardismo, andalucismo y hegemonía roja y blanca en Al-Andalus. La expresión de tu rostro comulga con la filosofía de haber comprendido el sentido de la vida.  ¿Y qué es la vida sino sufrimiento? ¿Y qué mejor premio que los tres puntos de la forma que sea? Manolo, el fin siempre justificó los medios. Gracias por todo lo que nos das.
 
JIMÉNEZ, JIMÉNEZ, QUE COJONES TIENES!!
 
Nota: desde aquí muestro mi desconfianza absoluta en el aparato viciado democrático del Estado Español (poder legislativo, ejecutivo y judicial).  
 
SALUD Y SEVILLISMO!!