La Opinión de Rockabiri. Capítulo Primero.

De la misma manera que en la vida unos nacen para envidiar y otros para ser envidiados resulta que en nuestra histórica ciudad, mitad mora mitad cristiana, a los sevillistas nos ha tocado convivir con una desviación irregular, oscurantista e ilegítima llamada por los eufemistas "beticismo". Sino fuera por el daño que estos "aficionados al fútbol" teñidos de verdiblanco le hacen a la imagen de Andalucía, al verlos no tendriamos más que esbozar una sarcástica sonrisa. El presupuesto que la ciudad de Sevilla, e incluso Andalucía, se ha gastado y se gasta durante décadas en cuidar su imagen y su turismo ve contrarrestados sus esfuerzos con la actitud e idiosincrasia bética. Bufoneo, analfabetismo (hoy día ya no excusable), estridencia y envidias. Envidias precisamente al equipo y a la afición al que le deberían respeto y alabanzas por hacer internacional el nombre de la ciudad de Sevilla.

Andalucía frente al Estado español. Un estado que espera encontrar en Andalucía justamente lo que encuentra en el betis. Personajes béticos tan ilustres como el Risitas, la duquesa de Alba, el de la cabra, Gregorio Conejo, el Penumbra, el señor Carlos Herrera, el amigo del orden Antonio Burgos y el mismísimo dueño del cortijo "Donmanué", crean una esperpéntica mezcla de payaseo, caciquismo, sevillanía de la chirriante, derechismo trasnochado... pero siempre al servicio del Estado español. Por este motivo es el segundo equipo de todos los españoles, como decía José María García. El Sevilla F.C., en cambio, produce antipatía de Despeñaperros hacía arriba e incluso en la misma Andalucía (se ve que el trabajo imperialista centralista dió sus fruto). El Sevilla F.C. es para la derechista Madrid o para la burguesa Barcelona una real alternativa de poder pero con el matiz de estar cimentado con una vigésima parte de su presupuesto. Más envidias.
 
El seguidor del betis en muchos casos no entiende de fútbol. No le gusta. Tampoco le gusta informarse de lo que pasa a su alrededor. No ve telediarios ni lee periódicos. Pero no por miedo a ser manipulado sino por puro desinterés social. Los conozco bien como cualquier sevillano. No saben no contestan. Si los andaluces de una vez por todas recuperásemos nuestra identidad y comenzaramos una lucha por defender lo nuestro ante el centralismo yo no sé que ibamos a hacer con esta gente. Para abanderar el orgullo andaluz habría que seguir los valores del sevillismo: la gallardía, el señorío, la elegancia y la inteligencia (ya se demostró en agosto de 1995). 
 
Los béticos son amigos también de tergiversar la verdad. Intentan excusar sus patéticos números deportivos (similares a los del Rácing de Ferrol o el Real Unión sino fuera por la liga conseguida en la época del pleistoceno cuando había 8 equipos ) con la historieta de que son un équipo de la clase obrera frente a la tiranía del Sevilla F.C. El no saber ni en que año se fundó su club con seguridad y demás tenebrismos dan pie a este tipo de falacias. De todos es sabido el origen burgués de la clase directiva bética además de la simpatía de la corona real española y la nobleza sevillana. Ni siquiera habiéndoles regalado el actual campo el ayuntamiento de Sevilla en su día olvidan el victimismo. Una encuesta realizada el año pasado por la delegación sevillana ponía de manifiesto que en las zonas más periféricas y de menor renta pér cápita de la ciudad predominaban los sevillistas siendo a la inversa en barrios como Los Remedios. En resumen, que no saben ni lo que son.
 
Como sé que es imposible que el beticismo cambie sus señas de identidad y que seguirá exportando el bufoneo y el mal gusto sólo me queda dedicarle los 5 títulos conseguidos recientemente que, sumados a los 4 anteriores, multiplican en tres a los suyos. 
 
"ANDALÚZ!! SÚMATE A LA LUCHA CON LOS VALORES SEVILLISTAS!!"
 
SALÚD Y SEVILLISMO!!
 
ROCKABIRI